A pesar de ser algo que vive con nosotros, qué inmediata y sorprendente que es la muerte. «Dejó de existir» es una frase tan común como escuchada, que duele, lastima y hace que cualquiera que la escuche trague saliva y se acuerde de que el nuevo «inexistente» ya no está.
Ayer, fue Alfonsín quien dejó de existir. Lo llora Argentina y la democracia, su criatura más preciada. Lo llora la República y el preámbulo tan relatado. La democracia nos seguirá dándo de comer, educando y curando pero ya sin él. Porque aunque no estaba en funciones, Raúl Alfonsín era el caudillo radical que, sentado en la tribuna, hacía las veces de oráculo de los dirigentes políticos.
Se fue el hombre del Nüremberg argentino, el de la íntegra defensa de los Derechos Humanos, el de las polémicas leyes de Obediencia Debida y Punto Final, el del Plan Austral, el iniciador del Mercosur, el del Pacto de Olivos, el que resistió los 13 paros generales de Ubaldini, pero fundamentalmente se fue un demócrata con todas las letras, que con aciertos y errores, defendió las instituciones republicanas con todas las armas legales.
Impecable orador, convinvente y persuasivo hasta el último de sus días, Alfonsín deja un legado incalculable para la Nación Argentina, que hoy le rinde un tributo de una magnitud que no se daba desde la muerte de Perón.
Su vocación de diálogo y consenso marca una diferencia abismal con la crispada dirigencia política actual. El pueblo le reconoce esa vocación y hoy se lo retribuye mediante lágrimas, rezos y recuerdos.
Su muerte, paradójicamente con un radical en el ejercicio de la presidencia, ha logrado reunir a diferentes protagonistas de las más disímiles fuerzas políticas, como Julio Cobos y Néstor Kirchner. Así lo hubiera querido Don Raúl, juntos.
Sigo escribiendo y todavía no caigo que Alfonsín está muerto. Que «ya no existe». Pero de hay algo que estoy seguro, Alfonsín no «existirá» más presencialmente, pero ha dejado las armas y los métodos para que Argentina como pueblo finalmente logre despegar.
Llora la democracia, se ha ido su más ferviente luchador.
Comentarios recientes